“Solo la prohibición puede mantener el negocio de las drogas”. Entrevista a Emilio Ruchansky

por Pablo E. Chacón


En Un mundo con drogas, el investigador y editor Emilio Ruchansky produce un texto -a medio camino entre la crónica antropológica, el registro de viajes y la reflexión jurídica- sobre el estatuto de las diversas sustancias, los derechos individuales, las formas de prevención y el lavado de dinero que cantidad de bancos, además de multiplicación de fuerzas represivas, convierten en un negocio millonario. El libro, publicado por el sello Random House Mondadori, lleva un prólogo del doctor Eugenio Raúl Zaffaroni, es un estudio que abarca no sólo a nuestro país sino a otros varios donde la cuestión de la legalización o la despenalización se discute como una cuestión de salud pública, vinculada a la reducción de daños. Ruchansky también es periodista y uno de los creadores e ideólogos de la revista THC.

¿Cómo presentarías a Un mundo con drogas? ¿Etnografía, crónica jurídica, manual libertario, todo eso o nada de eso?

En principio mucho de eso. En parte también es el diario de un momento urgente, el de la guerra a las drogas y las violaciones a los derechos humanos cometidas en su nombre en Colombia, México, Bolivia. Y ese diario consigna un lustro importante: 2010-2015. En estos años, Holanda tuvo una fuerte discusión por weed pass, que implicaba prohibir el acceso a extranjeros y reafirmó su política de mano blanda; Bolivia reclamó por la hoja de coca ante la ONU; por primera vez se vende cannabis para fines recreativos producido legalmente en el mundo, que es el caso de estado norteamericano de Colorado y finalmente Uruguay plantea, a nivel nacional, regular el mercado de marihuana, previendo el autocultivo, las farmacias y los clubes de membresía, inspirados en las asociaciones españolas descriptas en el libro. Y ese diario hecho libro tiene su sección parlamentaria, jurídica, médica, económica, cultural. En el fondo, por supuesto, espero sirva de manual libertario. 

El libro se abre con una presentación del doctor Eugenio Zaffaroni, que lo considera una pieza insoslayable para el actual debate. Ahora bien, ¿cuál es el estado del debate una vez que el paradigma de la guerra contra las drogas demostró su absoluta ineficacia?

Creo que hay un espíritu de flexibilización. Está ocurriendo en Ecuador, con más proporcionalidad en los delitos menores, como el caso de las mulas. Y también hay desorientación. Sobre esto último pensé cuando armé este estudio de casos. Muchos políticos y políticas están muy imbuidos de un discurso moralizante y en el peor de los casos punitivistas, al punto de proponer cadena perpetua por delitos de tráfico, penas más altas que la de homicidio simple. Tal vez, quiere permitirme soñar, sea por falta de información sobre modelos alternativos en tratamiento, reducción de daños y regulaciones. Hace un tiempo Víctor Hugo Morales estuvo en el Congreso, en una audiencia, y describió muy bien la situación en un plenario de comisiones de Diputados, en 2011, donde se plantearon proyectos de despenalización: Tenemos que darnos una nueva oportunidad, así como estamos, trabajamos para el narcotráfico, dijo.

La despenalización del uso personal de drogas para recreación o para lo que fuera, por lo general está puesto en serie con otros fenómenos polémicos: el aborto, la eutanasia. ¿Cuál es tu opinión al respecto?

Que tenemos un retraso en materia de derechos todavía. Y que tiene que saldarse. El aborto, el consumo de sustancias y la eutanasia tienen que ver con el derecho a disponer de nuestro propio cuerpo. Aunque no lo creas, en la Argentina estuvo penado, en algún momento, el intento de suicidio. No son cuestiones superficiales, ni burguesas y menos irrelevantes. Son profundamente humanas. No hay polémica. Hay atraso. Lo demás es un manto de hipocresía y mucha desinformación.

¿Cómo resultó conocer otras experiencias al respecto en otras partes del mundo? Lo de Suiza es muy impresionante. La duda que quizá quede si eso no es posible en un país chico, con alto PBI y poca gente. Lo pregunto.

Lo que me interesó mostrar de Suiza es como nace la reducción de daños y la seriedad y profundidad del enfoque. No me fijaría en el tamaño ni el PBI, me fijaría en algo más universal: el respeto por la autodeterminación. Me interesa la accesibilidad que plantea tener salas de consumo controlado, en el caso suizo es mayormente heroína inyectable y cocaína, si son la base de mejoras en la salud, la alimentación, el trabajo y la vivienda. Y más importante aún, implica un cambio de paradigma: disponer ayuda sin exigir que la persona deje de consumir. E desafío es encontrar dispositivos propios y entender la abstinencia como una opción, no como una regla.

Seguramente conocés Cerocerocero, el libro de Roberto Saviano. La impresión que queda es que la ilegalidad, el lavado de dinero, buena parte del sistema financiero mundial no podrían sostenerse sin esa ilegalidad. ¿Qué pensás? Y ya que estamos, ¿qué pensás de la fuga del Chapo Guzmán?

Para la timba financiera sería un golpe grande si ese dinero ilícito no existiera, hoy por hoy son impunes. El HSBC pagó una multa por lavar dinero de cárteles méxicanos en Estados Unidos. Una multa. Nadie preso. Solo la prohibición puede mantener este negocio. Siempre lo digo: no es un tema moral, es un tema económico. Del Chapo me sorprendió más la captura que esta nueva fuga.

Finalmente, ¿cómo creés que está la Argentina en materia de derecho penal y libertades públicas respecto de la cuestión, más todavía en épocas preelectorales?

Me parece que la materia penal nunca se pudo debatir ni mejorar. Los medios de comunicación tienen buena parte de la responsabilidad en el estancamiento, otra parte le cabe al arco político partidario. El anteproyecto de Código Penal, ya teniendo dos nuevos códigos aprobados, puede ser todavía un gran broche del mandato de la Presidenta. Ojalá también se reforme el Servicio Penitenciario Federal. Los marcos normativos no van a cambiar la realidad de la noche a la mañana, pero orientan y permiten tomar caminos alternativos en políticas públicas, como lo hizo la ley de Salud Mental y Adicciones.

(fuente: Telam)