Álvaro y María: La conversación que nunca fue
por Diego Valeriano
Hay
algunos que se creen imprescindibles y por eso luchan todos los días. Así es
muy difícil, muy difícil. Algunxs con dos o tres ideas son muy soberbixs. Hacen
política desde tres ideas fáciles de decir y casi imposibles de realizar. Si
son así con ideas, lo que deben ser con poder o con fierros.
Ya
van dos artículos en Lobo! Sobre una conversación que nunca existió.
Seguramente Álvaro y María estuvieron cara a cara, cruzaron palabras y
recuerdan el encuentro. Pero la conversación nunca existió. Es muy raro como se
extraen cosas, palabras, análisis. Yo no puedo. Yo no veo nada. No veo
barricada. Tal vez si, performance.
Nos
guste o no, a los gobernantes sabemos quiénes los eligen. ¿Pero a los
imprescindibles? Rosa y Raquel eligieron a una imprescindible. Saben escribir,
saben los códigos, saben cómo hacerlo. Seguramente si nos encontramos a debatir
me quede sin argumentos y les termine diciéndoles que María Galindo arme un
partido y se presente.
Es
admirable la operación. En la tarea de legitimar a María, lo hacen también a Álvaro,
pero desde un ángulo llamativo: “Álvaro es uno de los pocos miembros
del elenco gubernamental llamado progresista de América del Sur que procede de
(y por tanto conoce) la lógica de los movimientos”. ¿Qué serán los
movimientos para Rosa y Raquel? ¿Qué serán los progresistas? ¿Qué serán los
millones de votantes?
Por
lo tanto me parece que yo voy descubriendo que son lxs imprescindibles. Que
función cumplen. Para que los necesitamos. Los cambios siempre se dan. Nada se
mantiene quieto, inerte, muerto. Nadie es imprescindible para el movimiento
continuo. Existen anomalías, pero en trazo grueso los cambios siempre se dan.
Lxs que luchan todos los días son un faro, una luz, una performance, una
canción. La tarea de legitimación es necesaria y estrictamente poética frente a
la prepotencia y jactancia de las mayorías.