Marx por Sandro Mezzadra

por Los pibes de Sandro


Lo que siguen son unos apuntes tomados por alumnos del seminario ¿Qué hacer con Marx?, dictado por Sandro Mezzadra entre octubre y noviembre 2013, en el marco del programa lectura Mundi de la UNSAM.

Sandro Mezzadra hace una doble demarcación con relación a su lectura de Marx:
a.       Marx sin la imagen de Marx construida por el marxismo del siglo XX.

b.      No es un autor entre otros: es no-academizable. No un “autor” entre otros, ni clásico. Relación con Marx, confrontación política dl presente. 

Choque entre voluntad de sistema y materialidad de la historia y la política, que impidió el cierre. Las derrotas de Marx son puntos-oportunidad para leer su obra como obra abierta.
La importancia de los textos de Marx como flujo de cuadernos, notas inéditos. Desproporción llamativa en relación con el material editado.
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Preguntas sobre relación entre capital y heterogeneidad, bajo perspectiva de sujeto y del espacio.
Sobre el concepto Trabajo abstracto.
¿La centralidad del concepto de trabajo abstracto apunta a la constitución de un sujeto antagonista homogéneo (clase obrera)?
Ir más allá de la imagen de homogeneidad del sujeto antagonista dentro del capital. Por razones de composición del trabajo y  en relación a las luchas de los últimos 50 años (papel del género y raza).
Sobre el concepto de Mercado mundial. ¿Apunta necesariamente a una homogeneización del espacio? ¿El espacio global de la acumulación y valorización capitalista implica una tendencia l homogeniezación del espacio, o espacio de reproducción de heterogeneidades?
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Tres conceptos claves en Marx para discutir en torno al trabajo:
1.       Trabajo vivo
2.       Fuerza de trabajo
3.       Trabajo abstracto

La fuerza de trabajo es definida por Marx en términos de potencia, conjunto de facultades físicas e intelectuales que son contenidas en una corporeidad viviente.
(Atender al desfasaje entre conjunto de facultades y corporeidad viviente).
Facultades: potencialidades/Ej: facultad de lenguaje.
La fuerza de trabajo es una mercancía peculiar. Como la fuerza de trabajo el dinero juega un papel importante en la producción de subjetividad.
División entre el modo en que los sujetos constituyen el mundo en relación con la fuerza de trabajo/potencia; vs quienes habitan el mundo en relación con el dinero/poder/Cristalización del poder social (sobre objetos y sujetos). Capitalismo: encuentro entre sujetos/subjetividades (potencia-poder). Encuentro poder/potencia = origen del modo de producción capitalista.  
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Concepto de trabajo desde el punto de vista de la producción de la subjetividad. Desde el punto de vista de la crítica de la economía política, el sujeto no es el ser humano/hombre, sino que se dividen las subjetividades. Divisiones: entre trabajo abstracto/concreto; productivo/improductivo; trabajo necesario /plusvalía, etc.
Persiste en Marx (de la critica de la economía política) la definición de trabajo de los manuscritos del 44: en primer término, el trabajo la actividad vital, la vida productiva misma aparece ante el hombre solo como el medio para satisfacer una necesidad, la necesidad de mantener su vida física. La vida productiva es sin embargo vida genérica, vida que produce vida, en la forma de la actividad vital reside el carácter genérico, la actividad libre, la vida misma como medio de vida.
Para Marx el trabajo es vida que crea vida, producción del hombre por el hombre. Hay una relación entre vida y actividad. El trabajo es definido como actividad que apunta a su alcance ontológico. El trabajo produce un mundo objetivo y al mismo tiempo produce al hombre. Hacer resonar esta definición con el Marx de Grundrisse y El Capital, para evitar cierres economicistas.  Dejar abierta la frontera abierta entre trabajo, actividad y vida. La distinción entre estos conceptos se hace elusivo.
Sobre el Trabajo vivo/Grundrisse (57/59). Cuadernos redactados furiosamente, luego de la crisis europea del 56, tras la derrota del 48.En medio de la reflexión entre crisis y apertura de la situación revolucionaria. Toman lugar las primeras líneas de la crítica de la economía política: “prioridad ontológica del trabajo” (central metodológica en la mirada de Marx). En Grundrisse, el trabajo es el único sujeto: el trabajo vivo comienza un movimiento de objetivación. Solo en un segundo momento entra en escena el capitalista para apropiarse de esos objetos. La apropiación determina estos objetos como algo diferentes, una cristalización de estos objetos bajo la forma de condiciones objetivas de trabajo. El capital nace en este proceso de apropiación y se coloca como condición necesaria del trabajo solo porque ha sido capaz de apropiarse de objetos. El capital, para Marx es “transubstanciación” del trabajo. Depende del trabajo. Lo vampiriza.
En el momento en que el capital convierte a los objetos apropiados en condiciones objetivas del trabajo surge la “personalidad” del capitalista. Esta subjetivación del capital nace como una objetividad a la segunda potencia (ver la relación entre “Persona” y “Mascara” de teatro (en El Capital). Personalidad, aquí es personalidad jurídica/relación de propiedad).   
Hay una asimetría fundamental entre trabajo vivo y capitalista, y un exceso constitutivo del trabajo en la relación del capital. El trabajo objetivado se da en el espacio (condiciones objetivas de trabajo, maquina, instalación). Son condiciones producidas en el pasado por trabajo vivo. El presente es cristalizado en el espacio. A ese trabajo objetivado Marx lo llama “trabajo muerto”.
El capital es el trabajo existente en el tiempo.
E punto de vista de la crítica de Marx enraíza en la idea de un exceso constitutivo del trabajo. Es una crítica que apunta  a rescatar la potencia social del trabajo (riqueza social como potencia general encarnada en el trabajo vivo) y no la mera critica a la pobreza.
Sobre Fuerza de trabajo. Presente recién en el primer tomo de El Capital. Distinción entre fuerza de trabajo como potencia y mercancía, y trabajo como actualización de la fuerza de trabajo es la base de la teoría de la explotación. Para Marx el trabajo no es una mercancía.
Concepto de Fuerza de trabajo (en referencia al trabajo vivo): la prioridad ontológica y exceso constitutivo del trabajo es replanteada: en El capital el trabajo es potencia que pasa al acto en el trabajo.  Esto es lo que ocurre en la oculta cede de la producción/”encuentro”; el comprador consume la fuerza de trabajo haciéndola trabajar.  Esta cuestión concierne a una serie de dispositivos de poder que no son reducibles a la teoría política y constitucional tradicional. Se ponen en juego herramientas de disciplinamiento que son distintas de las que prescriben las convencionales teorías constitucionales y del estado.
La fuerza de trabajo es mercancía, con su dualidad fundamental (valor de uso y de cambio: salario/trabajo necesario para producir la fuerza de trabajo, o conjunto de facultades inseparables de la corporeidad viviente): problema de la reproducción de la fuerza de trabajo/mercancía. 
Trabajo pretérito y trabajo vivo en el sujeto obrero son dos magnitudes diferentes. Trabajo pasado y vivo ahora se presentan dentro mismo de la mercancía fuerza de trabajo. Porque en el momento en el que se actualiza la fuerza de trabajo el trabajador, para Marx, produce nuevo valor, un exceso de valor con respecto al valor de cambio de la mercancía fuerza de trabajo pagada por el capitalista. El capitalista tenía my presente esta distinción de valor cuando adquirió la fuerza de trabajo. Su propiedad útil era una condición indispensable. Pero es el valor de uso específico de la mercancía, de producir valor, lo decisivo. Es ahora el sujeto trabajador mismo el que es escindido en tanto que mercancía.
Sobre el concepto de Trabajo Abstracto. Marx lo presenta al comienzo del primer tomo de El capital, en relación a la dualidad del trabajo representado como mercancía.  Hay en juego una dinámica de representación que Marx describe al nivel lógico, pero está en juego también la cuestión de la representación política. Hablamos, en definitiva, del trabajo representado en la mercancía.
Hay una relación directa entre trabajo abstracto y valor de cambio (medida del valor de cambio); trabajo concreto y de uso. Trabajo abstracto es la cantidad de trabajo necesario para producir. Es una codificación del trabajo, una unidad de medida que produce tendencialmente una homogeneidad entre diferentes trabajos.
El trabajo abstracto es un concepto complejo (trabajo social, sencillo, en general). Destacar el trabajo abstracto como unidad de medida, codificación y representación de la actividad humana. Así como hay una forma mercancía hay una forma trabajo que corresponde a una situación en la cual el trabajo y la actividad humana se desarrollan bajo la presión de la medida capitalista.  Medida que se aplica también en la mercancía fuerza de trabajo.
El trabajo abstracto imprime la forma mercancía (el espectro, objetividad espectral de la mercancía) en la forma trabajo. Espectralidad que se introduce en la subjetividad de la fuerza de trabajo.
Sobre la noción de representación (del trabajo en la mercancía). El trabajo es representado en cuanto trabajo abstracto. Contrapone la abstracción del trabajo a la multiplicidad de los individuos que habitan el mundo de las mercancías.
Una lectura política (con conceptos políticos) del primer tratado de El capital: se contrapone la fuerza de trabajo total de la sociedad, idéntica forma del trabajo humano, y la multiplicidad de trabajo individual; como sucede con la representación soberana de Hobbes, y la multitud de individuos que de ella participan.
Hay una reformulación del problema de la enajenación política de La cuestión judía. La frontera hoy entre trabajo y actividad humana ha devenido cada vez mas elusiva y este tipo de lectura nos puede ayudar a reformular el concepto mismo de “explotación” que Marx desarrolló con referencia a una situación específica.
Un punto, el tema del cuerpo: el desarrollo de procesos de subjetivación a partir de la noción de fuerza de trabajo. ¿Cómo se “subjetiviza”? Marx pensaba en que el sujeto posesor de su fuerza de trabajo es producto de un proceso de desposesión que lo lleva a contar solo con su fuerza de trabajo. Encuentra al poseedor del dinero y se convierte en un trabajador de fabrica bajo un régimen de trabajo asalariado “libre” (el capitalismo requiere de un contrato de asalariado libre para regularse): hay que problematizar este punto del contrato: desde el principio del capitalismo a nivel global el trabajo asalariado libre ha sido más una excepción que una norma.
Si producción de fuerza de trabajo como mercancía es procreación y reproducción, se trata de actividades constitutivas de las mujeres, no asalariadas. Marx no se detiene sobre esta particularidad fundamental en la formación del proletariado. Empieza a desarticularse la imagen homogénea de la fuerza de trabajo.
Esto se profundiza ante el elemento de la raza. En muchas partes del mundo la raza ha jugado -y lo sigue haciendo-, un papel fundamental en la determinación del valor de la fuerza de trabajo.  
Hay que subrayar mas desfasaje entre fuerza de trabajo entre conjunto de facultades y corporeidad del viviente. El modo en que cada sujeto se relaciona consigo mismo como fuerza de trabajo depende de la acción de dispositivos de poder que producen heterogeneidad en el proletariado. 
Otro punto, relación entre singular y común: en la misma definición de fuerza de trabajo se apunta a lo común (facultades generalmente humanas). El problema de la individualidad en relación con la fuerza de trabajo significa plantear el problema de la relación entre la individualidad y una fuerza de trabajo que se presenta como algo común. Y como algo enraizado en lo común.
Pero hay en Marx algo más: en el primer libro de El capital (11/sobre la cooperación). El tema de la individualidad obrera y el modo en que se abre a la configuración colectiva. Habla de “objeto combinado”. Obrero social, colectivo. La cooperación es una fuerza de masa, un diferencial de fuerza generado por el simple contacto social. Escribe que en la cooperación planificada con otros el obrero se despoja de sus trabas individuales y desarrolla su capacidad en tanto parte de un género, más allá de la individualidad. Retorna el “ser genérico” de los años 40.
Sin embargo, este ir más allá, nos encontramos con un problema que podemos describir en términos de conceptos políticos clásicos como problema de la representación. La conexión entre la unidad como cuerpo productivo global radica fuera de los obreros. Radica en el capital que los organiza y cohesiona. El capital opera como poder, despótica, voluntad ajena que somete a los trabajadores a los objetivos de la valorización.   
Juega acá las tecnologías de poder anómalas con respecto a Estado y constitución: el poder de mando del capital. La palabra es “comando” (sentido militar). Es el mando del capital, metáfora militar, en la gran industria. Pero para entender este mando en la fábrica se utiliza la imagen del director de orquesta., aumentando la modulación de modos del mando. El mando es función de explotación social de la cooperación del trabajo. Con esto crece también la resistencia. Resistencia obrera y mando del capital es un conflicto y lucha al interior mismo del cuerpo de los obreros y de su combinación.
¿Qué pasa cuando la cooperación rompe los muros de la fábrica y se abre en toda la heterogeneidad?
Preguntas que haría
¿Qué relación se plantea entre poder constitucional y poder anómalo?
¿Cómo pensar esta teoría de la subjetividad, sujeto dividido como mercancía, fuera de la gran industria?
¿Qué surge de un retorno sobre la Cuestión judía? ¿Cómo se actualiza “el cristianismo”?
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Clase Tres
El eje fundamental con que Mezzadra lee el mercado mundial en Marx es la relación entre el capital y el espacio. Al mismo tiempo, con referencia a Marx no se puede hablar de espacio sin tomar en cuenta el tiempo, su materialismo histórico. De ahí la necesidad de integrar el materialismo histórico con un materialismo geográfico. Si esa cuestión remite especialmente a Gramsci, en los últimos años se está desarrollando una geografía marxista -David Harvay entre otros- que habla explícitamente de materialismo histórico-geográfico.
Si se analiza el concepto alemán de Weltgeschichte usado por Marx -literalmente: historia del mundo- tenemos una referencia geográfica que se pierde en la traducción "historia universal". La dimensión geográfica es muy importante en la Ideología alemana, pero también en el Manifiesto, donde la escala del capitalismo aparece desde su comienzo como mundial, con una radicalidad que no se encuentra en ningún economista clásico.
Dos líneas de los Grundrisse: "la tendencia a crear el mercado mundial está dada en el mismo concepto de capital: todo límite se presenta al capital como una barrera a superar". La escala mundial es fundamental no solo para entender el régimen de la acumulación. Marx subraya explícitamente el hecho que también las figuras subjetivas son materialmente impensables afuera de esta escala global: sin mercado mundial no hay capital, no hay trabajador y capitalista.
"El mercado mundial es al mismo tiempo presupuesto y resultado de la producción capitalista". Marx  utiliza la misma fórmula (presupuesto y resultado) cuando habla de las figuras subjetivas. Discutir de espacio no es otra cosa que discutir de sujetos. Pero, ¿cómo se resuelve en Marx esta fórmula paradójica? A través de la "acumulación originaria" o "primitiva".
La acumulación originaria es el momento de quiebre radical de la continuidad histórica que consiente el comienzo de la dimensión circular del capital. La condición de este movimiento circular de reproducción continua del mercado mundial es una absoluta violencia, que marca la escena de la acumulación originaria: violencia y desposesión.
Es la escena del origen de la propiedad privada a través de un movimiento de cercamiento de la tierra que es también movimiento de desposesión. Sin este movimiento no sería posible la producción de la subjetividad especifica del trabajador, obligado a trasformar sus facultades humanas en mercancías. En este mismo momento se abre el mercado mundial. Marx subraya el rol del colonialismo.
Para Marx este análisis crítico de la acumulación originaria resuelve el paradojo entre presupuesto y resultado en el sentido que él la planteaba como algo de literalmente originario, la prehistoria del capital. En este punto hay que ir más allá de Marx: los procedimientos y las problemáticas ligadas a la acumulación originaria nos remiten a rasgos estructurales de la historia del capitalismo, y no se limitan solamente a su origen. Debemos tomar en serio la idea de una repetición continua de la prehistoria del capital, que rompe la linealidad de su desarrollo.
Desde un punto de vista histórico, Marx muestra la relación muy estrecha entre capitalismo y colonialismo. La abertura del mercado mundial coexiste con la conquista colonial. Esa abertura (tema muy desarrollado por Rosa Luxemburgo) es la abertura de un espacio abstracto, en la medida en que puede ser organizado de maneras distintas. La abertura del mercado mundial es la abertura de un espacio para la expansión del capital. Es abstracto en la medida en que apunta a la expansión global del capital, pero las medidas concretas de la expansión de la frontera del capital cambian históricamente.
Es importante aquí el tema de la articulación: como la frontera de expansión se articula con numerosas líneas de demarcación (confines), por ejemplo: la distinción entre centro y periferia, líneas de demarcación meta-geográficas que se articulan con la expansión del capital; o la entre los ciclos económicos (teoría del sistema-mundo).
Volvimos a la cita marxiana: "tendencia a crear el mercado mundial". Marx está claramente fascinado con su propio descubrimiento: la tendencia tiene que realizarse ante posible. Es a partir de esa fascinación que podemos leer la apología del colonialismo que Marx hace en sus escritos sobre India. Pero Marx atribuye cada vez más importancia al encuentro entre el capital y su límite, la barrera a superar. Ese encuentro es el momento en que la tendencia universalizante del capital está obligada a enraizarse en cuerpos distintos, a producir heterogeneidad.
¿Hay un afuera del capital? Si la tesis de Imperio es que no hay más afuera (a esa se contraponen quien dicen que existe un no capital que se realizaría en forma de economías populares y comunitarias), es interesante volver más bien al planteo de Rosa Luxemburgo, para la cual el capital necesita de un medio ambiente de formas no capitalista de valorización. Si Rosa tomaba el límite en sentido literal, como limite geográfico, se precisa ir más allá del sentido literal, que no significa dejar de lado el propio espacio como límite, sino más bien tomar en serio la posibilidad que el capital abra a su acumulación espacios que ya habían sido conquistados por el capital en otra forma histórica, en una época previa del capital.
Este momento de abertura y de cierre es un momento intensivo y extensivo. El concepto de límite tiene dos significados: espacial-geográfico; social.
Para profundizar la relación del capital con su límite y su expansión, tomamos la teoría del plusvalor. Para Marx la producción de plusvalor relativo requiere la producción de nuevo consumo, y más precisamente: - ampliación cuantitativa del consumo existente; - producción de nuevas necesidades; - descubrimiento de nuevos valores de uso. En esto proceso expansivo del plusvalor relativo, se generan nuevos límites no vinculados con formas-precapitalistas: el trabajo vivo es el límite de la expansión del capital.
Si consideramos las subsunción formal y la subsunción real del trabajo al capital (cap. VI inédito del Capital) vemos como la relación entre capital y su límite se complica: si con la subsunción formal el capital se limita a apropiarse de formas que existen independientemente y le valoriza de forma capitalista, cuando el capital empieza a intervenir directamente en la organización de la producción, crece la productividad y se produce un aumento relativo del plusvalor producido por la cooperación social bajo el mando del capital y por la intervención de la ciencia, de las maquinas. Es necesario ir más allá de la tentación de leer la relación entre las dos subsunciones en términos de transición lineal-progresiva. En los últimos años por ejemplo se invirtió la tendencia secular a la reducción de la jornada de trabajo: los dos rasgos formal y real se presentan juntos.
El capital financiero, por ejemplo, actúa en una modalidad que vuelve elusiva la propia distinción real/formal. Es una herramienta de subsunción real, ¿pero qué relación produce con los sujetos? Tiene con la cooperación social que explota una relación de exterioridad, que funciona de la misma forma con que Marx describe la renta. Si tomamos la relación estricta entre capital financiero y renta y su calidad de exterioridad con la cooperación social que explota, podemos usar la categoría de extracción: se extrae valor plusvalor en lugar de producirlo.
A esta altura se vuelve fundamental el tema de la desposesión, más allá de la distinción entre economía por desposesión o explotación. Hoy en día la desposesión es cada vez más un momento constitutivo de la explotación. Debemos repensar políticamente el concepto de explotación como algo capaz de incluir a su interior la desposesión para superar la separación entre luchas contra la desposesión y lucha contra la explotación, pensar nuevas formas de articulación.