Marx, ese desconocido
David
Riazanov, editor de Marx, disidente rojo
Por Nicolás González Varela
Un gran biógrafo de Marx, Boris
Nicolaïevski, reconocía en 1937 que, de cada mil socialistas, tal vez sólo uno
haya leído una obra de Marx; y de cada mil antimarxistas, ni uno. Cuarenta años
antes, en 1897 un gran teórico y militante, hablo del italiano Antonio
Labriola, se preguntaba si los escritos de Marx habían sido leídos enteramente
por algún lector ajeno al grupo íntimo de sus amigos, colaboradores y albaceas.
Concluía proféticamente si "este ambiente literario", esta situación
hermenéutica adversa, no era uno de los culpables de la mala asimilación, de la
aparente decadencia y crisis del pensamiento de Marx. Con pesimismo
recapitulaba en sentencia inspirada: ¿no sería el acceso adecuado a sus
escritos un privilegio de "iniciados"? Nikolaïevski y Labriola –no
sólo ellos– estaban convencidos que a Marx le esperaría siempre un destino de
malas lecturas, infinidad de equívocos, pésimas exégesis, máscaras extrañas e
invenciones gratuitas. Pero creían que a la obra marxiana le aguardaba un sino
peor: encarnarse como ortodoxias en partidos o futuros estados que proclamarían
retóricamente ser, sin más, su "obra viva".
Labriola señalaba otro obstáculo,
aún más profundo y riesgoso: la misma rareza de los escritos de Marx y su
imposibilidad de contar con ediciones confiables. El lector intrépido debía
pasar, según Labriola, por condiciones más extremas que la de cualquier
filólogo o historiador para estudiar documentos de la Antigüedad. Por
experiencia propia, se preguntaba: "¿Hay mucha gente en el mundo que tenga
la paciencia suficiente para andar durante años… a la busca de un ejemplar de
la Misère de la Philosophie… o de aquel libro singular que es
la Heilige Familie; gente que esté dispuesta a soportar, por
disponer de un ejemplar de la Neue reinische Zeitung, más fatigas
que las que tiene que pasar en condiciones ordinarias de hoy día cualquier
filólogo o historiador para leer y estudiar todos los documentos del antiguo
Egipto?" (Discorrendo di socialismo e di filosofia, carta II). Pero
señalaba un peligro mayúsculo, de más largo aliento y densidad: el daemon de la
vulgarización: "¿cómo podemos asombrarnos que muchos y muchos escritores,
sobre todo publicistas, hayan tenido la tentación de tomar críticas de
adversarios, o de citas incidentales, o de arriesgadas inferencias basadas en
pasos sueltos, o de recuerdos vagos, los elementos necesarios para construirse
un Marxismo de su invención y a su manera?" Aquí sólo constataba una
dificultad fáctica que nació con el marxismo mismo y que lo llevó como un
estigma hasta nuestros días: las enormes dificultades por establecer y editar,
con criterios científicos actualizados, sus obras completas. Labriola reclamaba
al SPD, en posesión de los manuscritos (Nachlass), que "sería un deber del
partido alemán el dar una edición completa y crítica de todos los escritos de Marx
y Engels; quiero decir, una edición acompañada en cada caso de prólogos
descriptivos y declarativos, índices de referencia, notas y remisiones… Habrá
que añadir a los escritos ya aparecidos en forma de libros o de opúsculos, los
artículos de periódicos, los manifiestos, las circulares, los programas y todas
las cartas que, por ser de interés público y general, tengan una importancia
política o científica". Terminante concluía: "No hay elección que
hacer: hay que poner al alcance de los lectores toda la obra científica y
política, toda la producción literaria de los dos fundadores… incluso la
ocasional. Y no se trata tampoco de reunir un Corpus iuris, ni de redactar un
Testamentum juxta canonem receptum, sino de recoger los escritos con cuidado y
para que ellos mismos hablen directamente a quien tenga ganas de leerlos".
Simplemente que Marx pueda hablar directamente… Además reconocía que la propia
vida le había impedido escribir sus obras según los cánones del arte de faire
le livre, por lo que su literatura eran fragmentos de una ciencia y de una
política en devenir constante. El marxismo, si existe algo que pueda llamarse
así, era eminentemente un sistema abierto. Labriola ya había marcado con
suficiente claridad no sólo los criterios de una política editorial, sino los
problemas materiales objetivos que conllevaban los Nachlass de Marx (y Engels).
La posta de su desafío editorial la tomaría no el partido-guía de Occidente,
sino un joven estado en plena guerra civil: la Rusia de los Soviets.
Un editor
opositor de Lenin, enemigo de Stalin:
La Primera Guerra Mundial de
1914-1918 –sumada a la revolución triunfante en Rusia en octubre de 1917–
provocó un paréntesis forzoso y prolongado en la inicial difusión, aunque
lenta, tímida y manipulada, del Marx secreto. Pero ya en el trabajo editorial
realizado por el SPD se comenzó a ver, de forma a veces grosera, la
manipulación y tergiversación que podían sufrir los manuscritos marxianos
cuando sus contenidos se cruzaran con los estrechos intereses de la "razón
de partido". Y cómo en la alquimia final perdía, no sólo el mismo
pensamiento de Marx, sino sus potenciales lectores y militantes. Lo cierto es
que hacia 1910 en el ámbito cultural del austromarxismo se había empezado a
discutir el proyecto de unas obras completas de M&E (los socialdemócratas
austriacos ya habían empezado a publicar una revista de marxología de enorme
importancia, la Marx-Studien, aparecida entre 1904 y 1923 en Viena). Max Adler,
Otto Bauer, Adolf Braun, Rudolf Hilferding y Karl Renner, las luminarias
marxistas del austromarxismo, se reúnen en Viena durante la famosa Konferenz de
enero de 1911 con Riazanov, un socialdemócrata ruso, entonces colaborando con
el archivo de Berlín del SPD. La carta-intención del plan aparece firmada en
Viena, el 1º de enero de 1911 por Adler, Bauer, Braun, Hilferding, Renner,
todos austromarxistas y N. Rjasanoff. Allí se establecen por primera vez las
primitivas líneas editoriales de una edición científica de Marx y también los
primeros problemas: ¿quién financiará semejante empresa editorial? El SPD no
estaba interesado en absoluto. En el horizonte aparecía la necesidad
técnico-financiera de ediciones populares, al estilo de la futura Werke. Los
preparativos fueron interrumpidos por el estallido de la Gran Guerra. Pero se comenzaba
a percibir cierta sensibilidad nacida de la necesidad de tener una edición
completa y confiable de los escritos de Marx. Luego del triunfo y consolidación
de la revolución bolchevique, la suerte de los escritos de Marx parecería que
sería tocada, por primera vez, por la diosa Fortuna. Todo el potencial de un
estado se identifica con su obra y pone a disposición de su difusión todos los
recursos a su alcance. ¿Habría de poner el nuevo estado un punto final al
derrotero caprichoso de los manuscritos de Marx y publicar su obra póstuma en
una edición completa, científica, objetiva, crítica y con precios populares? El
hombre que podía asumir con seriedad profesional, honestidad intelectual y
eficacia esta tarea dentro del partido socialdemócrata ruso, ya que sus
trabajos anteriores y su pasado intelectual lo calificaban de manera indudable
para ser el cerebro editorial de semejante empresa, era sin duda un
ucraniano-judío, David B. Goldendach, nome de guerre: Riazanov, Ryazanoff o
Bukoved.
Rusia, 1921:
la pre-historia de un marxismo abierto:
Con Lenin en vida y la guerra
civil finalizada, y con el dominio del sistema de partido único desde 1918,
durante el IX Congreso del VKP (b), del Partido Comunista Pansoviético
(bolchevique), un hombre de la vieja guardia declara: "El Parlamento
inglés lo puede todo, excepto cambiar a un hombre en mujer. Nuestro Comité
Central es mucho más poderoso: ya ha cambiado a más de un hombre revolucionario
en buena mujer, y el número de buenas mujeres se multiplica de un modo increíble".
En 1922 el mismo hombre se opone públicamente a la pena de muerte en el caso de
la ejecución sumaria de militantes socialrevolucionarios o de militantes
socialistas. ¿Quién era este loco audaz? Odessa, esa gran ciudad autónoma y
cosmopolita en Ucrania, en la que en palabras de Pushkin "se puede oler
Europa, se puede hablar francés y encontrar prensa europea", vio nacer a
David Zimkhe Zelman Berov Goldendach en el seno de una familia judía acomodada
un 10 de marzo de 1870. La ciudad era hogar de una numerosa comunidad judía (en
el censo de 1897 comprendía el 37% de la población). Ciudad de tristes pogroms
zaristas (1821, 1859, 1871, 1881, 1905). Ciudad de soporte económico-cultural
del Sionismo. David dit Riazanov fue una de las figuras más capacitadas,
comprometidas y relevantes de los primeros tensos años de la historia
soviética. Excéntrico, con una excepcional memoria, una personalidad volátil y
romántica e imbuido de una capacidad de trabajo ilimitada. Un viejo amigo,
Steklov, lo recuerda "leyendo siempre y en todo lugar: cuando caminaba, en
compañía de otros, cenando". Trotsky lo definía como "orgánicamente
incapaz de cobardía, o de Perogrullo", añadiendo que "toda
ostentación vistosa de lealtad le repugnaba". Opositor frecuente de las
posiciones de Lenin (él se consideraba un bolchevique no-leninista) o del
poderoso Stalin (a quien en plena campaña contra Trotsky interrumpió en un
congreso con un "¡Déjalo, Koba! No te pongas en ridículo. Todo el mundo
sabe muy bien que la teoría no es tu fuerte"). Lunacharsky llama a
Riazanov "indiscutiblemente el hombre más culto en nuestro partido",
pero tan independiente y autónomo que John Silas Reed lo describe como un
hombre-fracción, "as a bitterly objecting minority of one". David fue
revolucionario desde su misma adolescencia, viviendo gran parte de su juventud
en prisión, deportado o en el exilio. A los 14 años era "correo
secreto" de los populistas; a los 16 fue excluido del Liceo por
insuficiencia en griego antiguo. Es arrestado por primera vez en 1887. En las
duras condiciones de las prisiones zaristas organiza la vida de los prisioneros
políticos alrededor de tres cosas: gimnasia (mañana y tarde), prohibición de
fumar y turnos fijos de estudio (durante los cuales estaba prohibido hacer
ruido). En prisión prepara lecturas de Marx y traduce los escritos del
economista David Ricardo. En 1890, ya en el exilio europeo, con veinte años,
participa como representante ruso en el Congreso de Bruselas de la Segunda
Internacional y establece relaciones personales y políticas con las luminarias
del socialismo europeo: August Bebel, Karl Kautsky, Eduard Bernstein, Rudolf
Hilferding, Charles Rapoport, incluso con la hija de Marx, Laura y su marido,
Paul Lafargue. La necesidad le obliga a hablar varias lenguas (alemán, francés,
inglés; respetablemente se hace entender en polaco e italiano). En el famoso
congreso del POSDR de 1903 en Bélgica, que produce la escisión entre
bolcheviques y mencheviques, Riazanov critica el nuevo sectarismo de Lenin, el
fetiche antidemocrático del "centralismo democrático" y las
tendencias antidemocráticas organizativas. Fuera de las dos tendencias,
organiza un grupo propio y autónomo de las finanzas de la Segunda Internacional
y lucha por construir un partido socialista copiado del modelo alemán. Retorna
a Rusia en 1905, entrando a militar en las organizaciones de los trabajadores
metalúrgicos de San Petersburgo. En 1907 es arrestado, en el flujo de la
revolución de 1905, y retoma, una vez más, el camino del exilio europeo. Los
siguientes diez años vivirá en Occidente y se dedicará, en el intersticio de su
vida militante, a investigar y escribir sobre la historia del anarquismo, el
socialismo y el movimiento obrero europeo. Escribe en el diario teórico del SPD
dirigido por Kautsky, "Die Neue Zeit"; escribe en el diario teórico
de la socialdemocracia austriaca dirigido por Bauer, Renner y Braun, "Der
Kampf" (donde traducían a nuestro trágico Julián Besteiro). Una importante
conexión de afecto y militancia que hizo en estos tiempos duros fue la del
padre del austromarxismo Carl Grünberg, fundador del injustamente olvidado
Archiv für die Geschichte des Sozialismus und der Arbeiterbewegung, conocido
simplemente como el "Grünberg Archiv". Grünberg (1861-1940)
austro-rumano, era el primer marxista en acceder a una cátedra en una
universidad del Imperio Alemán. El Archiv se editó entre 1910 y 1930, saliendo
quince números, finalizó paradójicamente con la aparición de la Zeitschrift
für Sozialforschung de Horkheimer, cuya orientación cambió por completo
para aggiornarse al nacionalsocialismo. En la revista editada por el Institut
für Sozialforschung (la luego famosa "Escuela de Frankfurt" fundada
en 1923 por el mismo Grünberg) escribieron notables teóricos de la naciente
sociología, como Robert Michels o Franz Oppenheimer, economistas como Henryk
Grossmann, filósofos marxistas como Rodolfo Mondolfo, eminentes juristas como
Hans Kelsen, hasta Kautsky, Mehring y el mismo Riazanov (como Rjasanoff: por
ejemplo en 1916 presentando una carta inédita de Jacoby a Marx). Korsch,
Lukács, Max y Friedrich Adler, biógrafos e historiadores como Max Nettlau,
Gustav Mayer y Boris Nicolaiievski contribuyeron en sus páginas, indicando
numerosos puntos de contacto con el origen del "Marxismo Occidental"
o no-leninista y el trabajo de difusión de los escritos de Marx. Riazanov
adquiere la merecida reputación de ser una de las más autorizadas voces sobre
Marx, Engels y la historia del marxismo. Sus principales trabajos de esta época
son sobre Marx y la Rusia zarista, Marx y el trabajo periodístico, Engels y la
cuestión polaca, la mayoría publicados en alemán y luego en ruso en el diario
teórico de Lenin "Prosveshchenie" o en el diario del ala izquierda
"Sovremennii Mir". En 1909 consigue una comisión como Benützer
(usuario) de la Anton Menger Stiftung, que poseía una biblioteca invaluable de
los clásicos anarquistas y socialistas (alrededor de 16.000 volúmenes), para
editar documentos de la Iº Internacional. Este trabajo le permite ingresar en
importantes bibliotecas y archivos de toda Europa. Además su amistad con Bebel
y Kautsky le permite libre acceso a la vasta biblioteca del SPD y al depósito
de los Nachlass (manuscritos) de Marx y Engels. Su amistad con la hija de Marx,
Laura Lafargue, le da la posibilidad de investigar los archivos familiares. Por
ejemplo, en 1911 mientras ordenaba este archivo encontró varios borradores de
cartas in-octavo inéditas: eran las respuestas polémicas de Marx a Vera
Zasulich (las pudo publicar recién en 1923). Llegado a este punto un contemporáneo
podía decir que Riazanov "conocía hasta los puntos y comas de los escritos
de Marx y Engels". Y no se equivocaba. El SPD lo urge a continuar el
irregular trabajo de divulgación de Mehring de trabajos olvidados o inéditos.
Hacia el filo de 1917 Riazanov pudo publicar dos volúmenes escritos de la
década de 1850 de Marx y Engels, incluyendo alrededor de 250 artículos
desconocidos para el gran público de diarios como "The New York
Tribune", "The People's Paper" y "Neue Oder Zeitung".
Por supuesto no dejó la militancia: tuvo destacada participación en las
escuelas pertenecientes a las divisiones internas del POSDR: en 1909 con
Aleksandr Bogdanov, el líder bolchevique no-leninista, y su escuela de cuadros
en Capri (financiada por Maxim Gorky); en 1911 en la escuela de Longjumeau
(París), dirigida por Lenin. Por ese tiempo fue aliado de Trotsky,
enfrentándose al tándem Plekhanov-Lenin y colaborando en el diario menchevique
"Golos". Estallada la guerra en 1914, participó en la Conferencia de
Zimmerwald, organizada por socialistas críticos del socialchauvinismo y el
imperialismo. La revolución de febrero de 1917 lo encuentra exiliado en Suiza.
Retorna a Rusia en mayo, atravesando Alemania y Polonia igual que lo había
hecho Lenin un mes antes, junto con 280 camaradas de todo color y pelaje (desde
los líderes del menchevismo Martov y Axelrod, a socialrevolucionarios y
anarquistas). Militará en el "Mezhraiontsy", un grupo interdistrital
de Petersburgo fundado en 1913, de bolcheviques no-leninistas, mencheviques de
izquierda e internacionalistas (entre otros: Trotsky, Lunacharsky, Sukhanov,
Joffe, Uritsky, etc.). El objetivo de la plataforma era unificar las dos
fracciones del POSDR. En julio-agosto se funden con los bolcheviques leninistas
después del intento de golpe de estado. Riazanov se transforma en uno de los
más prominentes oradores y activistas sindicales antes de octubre del '17. Es
elegido para la presidencia del IIº Congreso de todos los Soviets y miembro
ejecutivo del Consejo Central Sindical de Rusia. En octubre se opone al
"putsch" y la insurrección armada propuesta por Lenin. Después de la
toma del poder, trabaja como miembro ejecutivo del Comisariado de Educación
(Narkompros) bajo la dirección de Lunacharsky. Se opone a las posiciones del
partido en muchas cuestiones cruciales: sostiene la existencia de un sistema
soviético pluripartidista, y no deja de llamar a mencheviques y
socialrevolucionarios "camaradas". Se opone a la dictadura del Comité
central, a las cooptaciones a dedo, al uso de la fuerza y a la represión contra
partidos obreros, a la dispersión de la recientemente electa Asamblea
Constituyente (dominada por mencheviques y S-R's), a la represión contra los
socialrevolucionarios, al Tratado de Brest-Litovsk. En el debate sobre la
cuestión sindical se enfrenta a Trotsky y a Lenin, defendiendo la independencia
y la autonomía de los sindicatos. Lucha denodadamente por la libre expresión
dentro del partido, la legalidad fraccional, la genuina democracia. Una
quijotesca cruzada contra la burocracia. Su prestigio, intelectual y militante,
hace que nadie tenga autoridad para callarlo o intentar expulsarlo (ni siquiera
Lenin). Pero poco a poco fue neutralizada su influencia, primero en el ámbito
sindical. Riazanov no se amedrenta: ya muerto Lenin y durante el Congreso del
partido en 1924 declara: "sin derecho y responsabilidad a expresar
nuestras opiniones esto no puede llamarse Partido Comunista". En un
discurso en la Kommunistischeskoi Akademii (la Academia de los profesores rojos
creada en 1918) declara el mismo año: "No soy bolchevique, no soy
menchevique; y no soy leninista. Sólo soy un marxista, y como marxista soy
comunista". Sabía que estaba condenado.
Riazanov es nombrado director de
los servicios de archivo de la joven república en guerra civil e intervención
internacional encubierta. Estará trabajando con destreza y enorme energía entre
1918 y 1920. Rescatando bibliotecas, documentos y materiales de los archivos de
los diferentes estados y administraciones se gana el respeto y la lealtad de
muchísimos especialistas y académicos no-bolcheviques, en especial en la
Universidad de Moscú. A fines de 1920 el Comité Central promueve la idea de
fundar un "Museo del Marxismo", idea que Riazanov transforma en otra
cosa: un Instituto, un laboratorio en el cual historiadores y militantes puedan
estudiar, en las más favorables condiciones, el nacimiento, desarrollo y
maduración de la teoría y la práctica del socialismo científico y que, al mismo
tiempo, se transformara en un centro de difusión ("propaganda científica",
en palabras de Riazanov) del propio marxismo. El C.C. aprueba en enero de 1921
la fundación del Instituto Marx-Engels (IME), que funcionará desde diciembre de
1921 en el palacio expropiado un año antes a los príncipes Dolgorukov, situado
en el barrio Znamenka, antiguamente el sector Malo-Znamenky, durante la Unión
Soviética calle Marx-Engels (hoy de nuevo Znamenka). Riazanov creía que el
marxismo (si es que existe algo así) no podía ser entendido aislado del
contexto histórico. El instituto pretenderá estudiar a los clásicos
relacionándolos con la amplia historia del anarquismo, socialismo y del
movimiento obrero europeo. El IME incluirá una biblioteca, un archivo, y un
museo, dividido en cinco departamentos (Kabinetts): Marx y Engels, historia del
socialismo y el anarquismo, economía política, filosofía e historia de
Inglaterra, Francia y Alemania. A lo largo de los años se le sumaron otros: Iº
y IIª Internacionales, historia de la ciencia, historia de la sociología,
historia del derecho, la política y el estado, relaciones internacionales,
historia del marxismo en el movimiento obrero, etc. Seis meses después el IME,
bajo jurisdicción de la Academia Socialista, es transferido a la jurisdicción
del Comité Ejecutivo del Congreso de los Soviets (del cual Riazanov era
miembro). ¿El objetivo? Sacar al instituto de todo control directo del Partido
Comunista. Riazanov no sucumbe al espíritu autoritario del Partiinost
(mentalidad de partido). El IME empieza a ser observado como un formador de
disidentes (de un staff de 109 miembros, sólo 39 tenían el carné del partido).
El corazón del instituto era su
biblioteca. Incluía no sólo trabajos escolares sobre la historia del
anarquismo, socialismo, comunismo y el movimiento obrero, sino libros raros,
incunables, diarios, pasquines, manuscritos, primeras ediciones de clásicos
(desde Moro, Harrington hasta el "Manifiesto Comunista"). Riazanov
construyó esta colección de diversas formas. Al comienzo, el Instituto se
proveyó exclusivamente de las bibliotecas nacionalizadas en la propia Rusia
después de 1917, como por ejemplo la de Taniéev, que contenía una excelente
colección de autores socialistas y una rara colección de impresos de la
Revolución Francesa. Por supuesto, estas fuentes restringidas fueron
insuficientes debido a la propia política de censura del zarismo que impidió el
ingreso de autores prohibidos, incluyendo no sólo a socialistas o anarquistas
sino incluso a autores liberales, como el orientalista Renán, o historiadores
sociales de la Revolución Francesa, como Michelet. Riazanov buscó otras
opciones. Una era la posibilidad legal de apropiarse, en otras bibliotecas de
la URSS, de libros que el IME considerara necesarios o únicos. Otra, que el IME
fuera designado el depósito oficial de toda nueva edición de un libro (una ley
igual a la del British Museum). La tercera es que se le otorgó un importante
presupuesto para viajar o designar "scouts" que compraran materiales
para el instituto por todo el mundo. Riazanov creó una red internacional de
corresponsales autorizados para buscar y adquirir libros raros y manuscritos en
todas las capitales europeas. Un de ellos, del cual ya escribimos, fue Boris
Souvarine en París; otro importante fue Boris Nicolaïevski en Berlín. Además
intentó desarrollar contactos permanentes con Japón (instituto Ohara), España
(a través del traductor Wenceslao Roces) e Inglaterra. Apuntando a su pasado
por la Menger Bibliothek, Riazanov adquirió en Viena dos colecciones muy
especiales sobre socialismo, anarquismo y movimiento obrero. Fueron las
bibliotecas de Theodore Mautner y Wilhelm Pappenheim (20.000 ejemplares más un
sustancial archivo de documentos, manuscritos y papeles personales de Lasalle).
También la de Carl Grünberg, donada con generosidad, más de 10.000 ejemplares
de raros libros, brochures, pamphlets y diarios del movimiento obrero. En 1921
compra la biblioteca del filósofo neokantiano Wilhelm Windelband. En 1925
adquiere la biblioteca más completa dedicada al filósofo anarquista Max
Stirner, propiedad del poeta, novelista e historiador escocés John Henry
Mackay, son trescientos manuscritos y 1.200 libros únicos. Según un balance
fechado el 1º de enero de 1925, la librería del Instituto poseía 15.628
volúmenes escogidos, además de numerosos manuscritos de Marx&Engels y
miríadas de otros documentos importantísimos de la historia y los integrantes
de la Iº Internacional, el Saint-Simonismo, el Fourierismo, todo Babeuf,
Blanqui y el movimiento obrero revolucionario y reformista europeo (incluido un
periódico obrero editado por Lasalle en su juventud). Entre las joyas halladas
por los equipos de Riazanov se encontraban los periódicos originales en los
cuales habían colaborado Marx y Engels, incluyendo el Vorwärts publicado
por Marx en París en 1844, y el Rheinische Zeitung de 1842-43.
Ya en 1930 la biblioteca incluía 450.000 volúmenes, la mayoría raros o
incunables. El trabajo de Riazanov, y el soporte financiero en una época de
guerra civil, cerco internacional, represión, revueltas (Kronstadt, Mackhno,
Tambov) es increíble y nos habla no sólo de su habilidad sino del
extraordinario apoyo en las altas esferas del gobierno bolchevique. En esos
años, además de Lenin, Riazanov contaba con el apoyo incondicional de Kamenev,
Bukharin y Kalinin.
En seguida lanzó su plan de obras
completas de M&E (incluso de autores premarxistas) y reclutó entre 1923 y
1925 especialistas en lenguas extranjeras (francés, inglés, alemán) sin
considerar sus viejas alineaciones pre-1917. Desde 1924 se lanza con un
extraordinario ímpetu a la búsqueda y salvataje de todos los materiales
documentales para apoyar el lanzamiento del primer MEGA ("Marx-Engels
Gesammtausgabe"). Su sueño era una edición científica en ruso y alemán. En
1925 Riazanov firmó un convenio entre la dirección del SPD y el Institut für…, constituyendo
una sociedad editora que publicaría, en forma coordinada con el IME de Moscú,
un volumen de estudios marxistas de aparición regular, el Archiv Marx-Engels,
equivalente en alemán de su versión en ruso. Durante cuatro o cinco años y por
todos los países de Europa, los equipos del IME adquieren numerosas bibliotecas
privadas que incluían libros, revistas, diarios y colecciones rarísimas de
panfletos, folletos, proclamas y programas, que en algunos casos se remontaban
a los orígenes del movimiento obrero moderno y del socialismo y el anarquismo.
Pero, en especial, se trató de adquirir todas las primeras ediciones existentes
de las obras de Engels y Marx. Así, junto con los archivos heredados del viejo
POSDR y los narodniki, se constituyó en el Instituto, único en el mundo en su
género, un capital de información cualitativo de información sobre Marx y
Engels y su época ideal para iniciar la monumental edición completa diseñada
por Riazanov.
La obra estaba planificada en
cuarenta y dos volúmenes in-octavo (22,5 cm.), distribuidos en cuatro
secciones: I) Obras filosóficas, económicas, históricas y políticas, a
excepción de "Das Kapital" (17 volúmenes); II) "Das
Kapital", seguido de un plan completamente nuevo con todos los borradores
y manuscritos inéditos (13 volúmenes); III) Toda la correspondencia de Marx y
de Engels reproducida in extenso y literalmente (10 volúmenes); IV) Índice
general (2 volúmenes).
El albacea que detentaba los
derechos testaméntales y de autor sobre la herencia literaria de Engels y Marx
(incluida la biblioteca personal de ambos) continuaba siendo, en 1921, el SPD,
por lo que fue, naturalmente, el principal proveedor del Instituto. Abrió sus
celosos archivos a los equipos de Riazanov, autorizándolos a realizar
fotocopias sin ninguna restricción, permitiendo en los hechos una transferencia
virtual, hacia Moscú, del conjunto de preciosos manuscritos. Las mismas
facilidades le fueron acordadas por otras instituciones, fundaciones, archivos
personales y bibliotecas públicas: fotocopiaron en el British Museum, en la New
York Library, en la biblioteca del antiguo Estado de Prusia, en los archivos
históricos de Colonia, etc. todas las cartas, artículos y manuscritos de y
sobre Engels y Marx, junto con documentos sobre la historia del movimiento obrero
y popular europeo. Incluso reacios mortales al bolchevismo, como el líder del
revisionismo, Eduard Bernstein, en cuyas manos Engels había depositado
importantes manuscritos (tenía en su poder, entre otros, los manuscritos de
la Deutsche Ideologie de 1845-1846) renunció a un proyecto
personal de edición donando el material inédito .
En un "pamphlet"
publicado en 1929, el Katalog Izdanij, Riazanov informaba de cómo el viejo
proyecto de un "Museo del Marxismo" se había transformado en un
verdadero laboratorio para investigadores, académicos, activistas, cuadros y
militantes en general. Remarcaba también la decisiva importancia de la
institución como amplificadora y divulgadora del pensamiento auténtico de
Engels y Marx en Rusia y Alemania. Paralelamente, se inició una política amplia
de publicaciones accesorias que acompañaran el proyecto de los MEGA: se
planearon dos publicaciones básicas: una anual, el Archiv K. Marksa I F.
Engel'sa y la revista semestral Letopisi Marksizma (Anales del Marxismo)
aparecieron trece números entre 1926 y 1930. En cuanto a Letopisi Marksizma,
muchos de sus artículos se publicaron en la versión alemana de Pod Znamenem
Marksizma, Unter dem Banner des Marxismus, que se empezó a editar en alemán en
1925. Aunque ambas se iniciaron en ruso, inmediatamente se intentó traducirlas
al alemán, en un enorme esfuerzo político-ideológico como Archiv Marx-Engels.
El Archiv tuvo dos ciclos, marcados por la derrota de la revolución alemana y
la purga de Riazanov. La primera etapa duró de 1924 hasta 1930, editándose
cinco números en ruso, apareciendo como editor D. B. Rjazanov; el segundo ciclo
se inició recién en 1933 con el Nº 7, editor: V. Adoratskij; se mantuvo la
continuidad de la numeración en los tres primeros números (6, 7 y 8), para finalmente
ser renumerados como nueva serie. El último número, Nº 18, se editó en 1982.
Mientras Riazanov intentaba mantener un ritmo anual, el stalinismo llegó a
demorar diez años entre volumen y volumen. La organización "interna"
del Instituto fue proporcionada en un detallado folleto de cuarenta y cuatro
páginas, escrito por A. Udalcov, actualmente un incunable, publicado en Moscú
en 1926: Bjulletin' Instituta K. Marksa I F. Engel'sa. Indudablemente la
empresa editorial apuntaba políticamente a un combate ideológico contra el
revisionismo, la vulgarización y banalización de Marx.
El esfuerzo no concluía aquí: se
había diseñado una "Biblioteca del Materialismo", con ediciones
críticas de Holbach, Hobbes, Diderot, La Mettrie, etc.; las obras completas de
figuras claves del movimiento socialista mundial, como G. V. Plekhanov (el
padre del marxismo ruso y líder del ¡menchevismo!), Karl Kautsky (¡el renegado
en 21 volúmenes in-octavo!), Antonio Labriola, Karl Liebknecht, Rosa Luxemburg
o Paul Lafargue. Además una "Biblioteca Marxista", incluyendo
ediciones anotadas de los clásicos del marxismo, entre ellas la versión al
cuidado de Riazanov del Manifiesto Comunista, una "Biblioteca de Clásicos
de la Economía Política" con Adam Smith, Ricardo, Quesnay. Por supuesto,
ediciones anotadas de Hegel y Feuerbach. Otra meta de Riazanov era publicar una
amplia e insuperable biografía intelectual sobre Marx. Nunca pudo completar
este trabajo, como le pasó a Engels. Sus dos mayores trabajos de los años '20
se aproximan a este deseo: un informe popular sobre la vida y pensamiento de
Marx&Engels (1923), basado en lecturas en la Academia Socialista (la
versión en español es de la editorial Claridad de Buenos Aires, sin fecha, la
cueva del "Grupo Boedo") y una colección de ensayos, Ocherki po
istorii Marksizma (1923), en dos tomos, una re-impresión de sus escritos
pre-revolucionarios (en español hay que rastrearlos en su dispersión). Riazanov
no era un pensador original, ni un creador vanguardista: en esas obras expone a
Marx en sus textos, los documentos hablan por sí solos. Su relación con los
Nachlass de Marx y Engels puede ser llamada de "piedad positivista":
el documento es el elemento esencial en la investigación histórica. En 1927
recibe el Premio Lenin. En 1928 es uno de los pocos marxistas miembros de la
Academia de la Ciencia. En 1930 Riazanov llega al cenit de su carrera. Es
reconocido internacionalmente y su posición en la URSS, ya de Stalin, es
aparentemente segura. En diez años ha elevado al instituto en el centro mundial
de estudios sobre Marx o de la historia social europea. Es una Mecca para
investigadores de todo el mundo: allí llega en 1929 un joven y brillante
filósofo yanqui Sydney Hook a trabajar en su biblioteca. Lo visitan
personalidades como Kautsky, Clara Zetkin, Bela Kun, Emile Vandervelde, Albert
Thomas, Charles Rappoport, Henri Barbusse, Maxim Gorky. Colaboradores
internacionales incluyendo a Georg Lúkacs (quién leyó por primera vez los
"Manuscritos de 1844" decisivos para su evolución), Friedrich Pollock
(de la "Escuela de Frankfurt"), etc. Riazanov se ha hecho construir
una pequeña residencia anexa al palacio, donde maneja el instituto como un
Grand Seigneur. Se lo puede ver en el jardín removiendo la nieve, ayudando al
personal de limpieza o reforzando su prohibición estricta de fumar.
Victor Serge, el anarco-comunista
que vivió en la URSS, nos ha dejado un vívido portarretrato de Riazanov en
sus Memoires d'un révolutionnaire: "Riazanov, uno de los
fundadores del movimiento obrero ruso (que dirigía el Instituto Marx-Engels)
alcanzaba hacia los sesenta años la cúspide de un destino que podría parecer un
éxito excepcional en tiempos tan crueles. Había consagrado una gran parte de su
vida al estudio más escrupuloso de la biografía y de los textos de Marx; y la revolución
lo colmaba; en el partido bolchevique, su independencia de espíritu era
respetada. Era el único que había elevado incesantemente su voz contra la pena
de muerte, incluso durante el terror, reclamando sin cesar la estricta
limitación de los derechos de la CHEKA y luego la GPU. Los heréticos de todas
clases, socialistas, mencheviques, u opositores de derecha e izquierda,
encontraban paz y trabajo en su instituto, con tal que tuvieran amor al
conocimiento. Seguía siendo el hombre que había dicho en plena conferencia: 'No
soy de esos viejos bolcheviques a los que durante veinte años Lenin trató de
viejos imbéciles'. Me había encontrado con él varias veces: corpulento, de
brazos fuertes, barba y bigote tupidos y blancos, mirada tensa, frente
olímpica, temperamento tormentoso, palabra irónica… Naturalmente detenían a
menudo a sus colaboradores heréticos y él los defendía con circunspección.
Tenía entrada libre en todas partes, los dirigentes temían un poco su hablar
franco". ¿Un poco? Stalin visita el IME en 1927 y al ver los retratos de
Marx, Engels y Lenin, pregunta a Riazanov: "¿Dónde está mi retrato?".
Riazanov replica: "Marx y Engels son mis maestros; Lenin fue mi camarada.
¿Pero qué eres tú para mí?". En 1929, en una conferencia del partido,
afirma: "El Politburó ya no necesita ningún marxista". Se niega a
participar en los faustos de obsecuencia y culto a la personalidad en el
cincuenta aniversario del secretario general Stalin. Elige sus colaboradores
por su capacidad: estando exiliado Trotsky en Alma-Ata lo contacta… ¡para que
trabaje en la edición crítica de la obra de Marx Herr Vogt! La
prensa soviética festeja, durante el 10 y 11 de marzo de 1930, el cumpleaños
sesenta como un evento nacional. Aparece un libro de jubileo titulado "En
el Puesto de Combate", donde escriben en su honor Bukharin, Kalinin, Rykov
y otras figuras de la Nomenklatura. En un comunicado oficial del Comité Central
del VKP (b), que firma el mismo Stalin, se le anuncia un futuro promisorio de
leal servicio al partido y se lo glorifica como "un infatigable luchador
por el triunfo de las ideas de los grandes maestros del proletariado
internacional: Marx Engels y Lenin". Como decía Bardamu-Céline:
"Cuando los grandes de este mundo empiezan a amaros es porque van a convertirnos
en carne de cañón… Es el signo. Es infalible".
En menos de un año Riazanov es
arrestado, puesto en prisión, exiliado y expulsado no sólo del instituto sino
del partido comunista. El 15 de febrero de 1931 la GPU lo detiene bajo el
inventado motivo de recibir paquetes del extranjero, de un supuesto
"Centro Internacional Menchevique". Se le obliga al exilio en aldeas
cerca de Saratov, en el Volga. Solamente once volúmenes (de un proyecto de
cuarenta y dos) han aparecido y siete están in progress (entre ellos los famosos
y desconocidos "Grundrisse…"). Algunos los continuará su sucesor, el
apparatchiki Victor Adoratskii (quién luego sería "objeto de
represión" en 1940). Bajo su férula fueron publicados entre 1931 y 1935
otros seis volúmenes de la MEGA preparados por el equipo de Riazanov. En 1936
se detiene toda actividad editorial. El último estertor fue la publicación
separada (exclusivamente en ruso) en dos volúmenes, en 1940 de los manuscritos
de Marx de 1857-58, los "Grundrisse der Kritik der politischen Ökonomie".
El método stalinista fue completo: expulsión, prisión y muerte de sus
colaboradores, suspensión total del plan editorial, colocar bajo el
martillo-pistón a las pruebas impresas; desaparición de todas las bibliotecas
públicas rusas y extranjeras; épuration de las obras de Marx y Engels en
ediciones "populares", aligeradas de toda erudición. Poco a poco
Stalin fue sustituyendo a la empresa editorial de la MEGA por una serie de
publicaciones aisladas, diseminadas, sin ningún plan conjunto, ni criterio
filológico y doxográfico.
Un final
ignominioso:
Riazanov vive a orillas del
Volga. Condenado a la miseria y al hambre, a la decadencia psíquica y física.
Las bibliotecas y las publicaciones reciben la orden de expurgar sus obras y
sus ediciones de Marx. No existe más, simplemente. Vive apenas de traducir
pequeños textos para la universidad local. Comparte su pobres raciones con
decenas de famélicos durante la hambruna de 1932-1933 (cuatro años más tarde
esta "militancia" será considerada una pérfida maniobra antisoviética).
El 11 de junio de 1937 el mundo se sobresaltó ante la noticia de la
decapitación de toda la cúpula del Ejército Soviético. La caída de los
generales rojos desató una explosión de terror a escala nacional, dirigida
contra los mandos dirigentes de todos los niveles y en todas las esferas. Por
primera vez Stalin reprime a grandes cantidades de personas que nunca habían
sido opositores abiertos y que siempre se habían alineado junto a él en las
disputas internas del partido. La nueva política era destruir a todos los
sospechosos de deslealtades pasadas, presentes o imaginarias con respecto al
grupo dirigente de Stalin. Terror ciego y de masas. Durante ese año las
"troikas" (tribunales ad hoc de tres personas) dictarían 688.000
sentencias, la mayoría condenas a fusilamiento. Stalin liquida a toda la cúpula
del partido en Saratov. Riazanov esperaba su detención que se produjo en la
noche del 22 de julio de 1937. Tenemos la reconstrucción de su duro
interrogatorio por parte de la ahora NKVD de Yezhov: Riazanov se niega a
representar el papel de arrepentido, no entra en el juego de la delación. Niega
una y otra vez las delirantes acusaciones. A la Nomenklatura no le sirve para
el ritual público. El 19 de enero el Procurador general de Saratov le dirige una
larga acusación de seis páginas, donde entre otras denuncias señala "la
extrema hostilidad personal de Riazanov con respecto al camarada Stalin".
El 21 de enero de 1938 es juzgado a puerta cerrada. La sesión se abre a las
19:45 horas y se cierra a las 20:00 horas. El Colegio Militar de la Corte
Suprema de la URSS, regional Saratov, lo condena a muerte por pertenecer a una
"organización terrorista trotskista" y "la difusión de
invenciones calumniosas sobre el partido y el poder soviético". Es
ejecutado. La tragedia humana del terror stalinista se extendía a familiares y
amigos. Sabemos que Stalin, Molotov y otros miembros del Politburó aprobaban
rutinariamente las listas de mujeres (madres, esposas) e hijos de los Ennemis
deu Peuple que debían ser reprimidos.
Al día siguiente son arrestados
sus familiares directos.
Al día siguiente, agentes de la
NKVD arribaron a su humilde dacha para cumplir la última parte de la sentencia:
confiscación de sus bienes personales y destrucción de lo inútil. Cargaron
todos sus libros en la parte trasera de un camión. Los papeles y notas
restantes de Riazanov fueron desparramados en el suelo para alimentar el fuego,
incluido todo lo que se encontraba sobre su escritorio de estudio. Entre ellos
un retrato del joven Engels con una inscripción dedicada de puño y letra por la
hija de Marx, Laura. "¿Quién es éste?", preguntó uno de los
milicianos con su gorra azul-roja a su nieta. "Es Engels", respondió.
"¿Y quién es Engels?", respondió el agente mientras arrojaba el
daguerrotipo a las llamas.