Ayer Rancière...


Todo tiempo político está atravesado por una tensión dramática en torno a la palabra “igualdad”. Hoy lo dice Ranciére, aquí, mejor que de lo que sabemos decirlo nosotros. Se trata, sin embargo, de una verdad antigua, que todos conocemos; que se recrea en todas partes. La igualdad es difícil. La emancipación es un camino, una lucha, y una apuesta: nunca un estado que se pueda alcanzar de modo definitivo. Esto se vuelve evidente cada vez que se hace una negación muy íntima y atroz de la igualdad. Algo vale la pena decir, para que este modo de estar acá, en la calle, termine por darle un color peculiar a estos conceptos que se oirán en este auditorio colmado de compañeros y compañeras de bachilleratos populares, experiencias barriales autónomas, escuelas de gestión social, editoriales independientes, colectivos de migrantes y muchos otros. Algo sobre el modo en que reaparece el terror y sobre la indignación que sentimos. Simplemente queremos decir que no es aceptable que un sicario que trabaja para una empresa que pretende imponer el agronegocio en territorio campesino asesine al joven Manuel Galván por defender su modo de vida, repitiendo así aquel otro acto criminal que hace un año terminara con la vida de Cristian Ferreyra del Mocase. Del mismo modo que es inaceptable que una banda de narcotraficantes ataque brutalmente a queridos compañeros que hacen su militancia territorial en Florencio Varela, en un ataque que contó con la complicidad de la policía que dejó la zona liberada, permitiendo que quemen la vivienda de los compañeros. Como tampoco es tolerable que lo que pasó en la periferia de Rosario, hecho más dramático aún porque allí las bandas que trabajan con la policía y los narcos asesinaron a tres pibes del Frente Popular Darío Santillán. No vamos a hacer toda la lista... Todos sabemos de lo que estamos hablando: Estamos en presencia de un nuevo tipo de conflicto social, surgido al interior del modelo de desarrollo vigente. Esta presencia nos inquieta. Es parte de la lucha social y política que nos abarca y nos conmueve. Y desde esta conmoción nos aprestamos, hoy, los muchos, a recibir las palabras que trae el filósofo. No un filósofo cualquiera, sino uno al que conocemos desde hace rato, sin que él nos conozca a nosotros. Porque sus textos circulan entre prácticas de las más diversas. Lo hemos editado (La noche de los proletarios), y discutido mucho. Existen –por fortuna- varias ediciones piratas de esa joyita que es El maestro ignorante. Invitamos entonces a que la escucha hoy no sea desafectada, o meramente académica. Que no sea mero consumo de palabras. Celebramos la visita de Ranciére, la posibilidad de volver a reflexionar sobre la igualdad entre todos los que somos, y luego quedan todos invitados a seguir conversando y a visitar la Cazona de Flores, un espacio enorme, que pretendemos convertir en un lugar para elaborar estas cuestiones de la igualdad y estos duros desafíos del presente político.

18 de octubre de 2012, 
Tinta Limón Ediciones

(Texto leído antes de la conversación con Jacques Rancière en La Cazona de Flores)


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(se pude entrar sin tener usurario Fb)

se puede mirar la versión on line, sin editar, de ayer
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