"Estamos recuperando la gobernabilidad de la economía"
El
economista argentino Aldo Ferrer, maestro y referente de las
perspectivas desarrollistas y keynesianas, aceptó un breve diálogo con Lobo Suelto! sobre la coyuntura que se abre con el proyecto de expropiación de acciones de Repsol YPF.
Por Lobo Suelto!
–¿Cómo ves la intención del Gobierno de expropiar las acciones Repsol?
–Creo
que es una decisión correcta. La venta de YPF fue una de las peores
medidas tomadas por el Estado neoliberal. En esa etapa se enajenaron
herramientas fundamentales de la política pública. Brasil, por ejemplo,
preservó el ejercicio de su soberanía, nosotros la entregamos. Entre
esas entregas está la de YPF, con las consecuencias inevitables que
conocemos. Como algunos lo advertimos en aquel momento, se verificó que
las cosas no iban a andar bien. No sólo desde el costado específico de
los hidrocarburos, sino también desde el punto de vista científico y
tecnológico. Extranjerizar ese sector fue un retroceso muy grave. Este
es el epílogo de un largo camino que llegó adonde tenía que llegar.
–Usted
suele remarcar la diferencia entre el Estado neoliberal y el Estado
nacional. ¿Cómo se inserta esta medida en ese esquema?
–La decisión es importante porque es un paso más en la recuperación del Estado nacional.
En el período neoliberal se maniató al Estado para someterlo a los
intereses privados, a la especulación financiera, que provocó el
endeudamiento, desindustrialización, aumento en el desempleo, pobreza e
indigencia. Desde la salida de la crisis reaparece el Estado nacional.
Del mismo modo que la recuperación de la capacidad para hacer política
monetaria, el manejo del tipo de cambio, la reforma del sistema
previsional y la modificación del rol del Banco Central, YPF es un paso
muy importante en la reconstrucción del Estado nacional. En el escenario mundial está claro que a los países que les va bien son aquellos que tienen fuertes políticas nacionales.
El Estado neoliberal busca desmantelar la política pública para que no
se puedan tomar medidas de transformación en un país en desarrollo como
el nuestro. Se está recuperando la gobernabilidad de la economía argentina.
Pienso también que la reparación del Estado nacional requiere de
sólidos equilibrios macroeconómicos, en el plano fiscal y externo.
–¿Qué
espera de una nueva YPF “estatal” (palabra que empleamos a sabiendas de
que ni aún votado el proyecto actual en el parlamento se trataría de
una empresas estatal)?
–Espero
que se amplíen las reservas de hidrocarburos y la producción, que haya
un esfuerzo para fortalecer el acervo científico de la firma y poder
vincularlo al resto de la sociedad. Hay que recordar que el desarrollo es la capacidad de gestión del conocimiento. Esa dimensión científico-tecnológica es fundamental. Desde el punto de vista financiero, hay infinidad de posibilidades de conseguir recursos del exterior, ese aspecto no es el más complejo. Pero también se pueden hacer las inversiones con recursos propios. Si lográramos frenar la fuga de capitales,
tendríamos el dinero para aumentar la extracción de hidrocarburos. Hay
que tener en cuenta que el ahorro interno es la principal fuente de
desarrollo económico del país. Esto no es para volver a la YPF que en
muchos aspectos fue negativo, sino para recuperar la YPF del pasado que
tuvo muchos aspectos positivos. Hay que tener cuidado con los manejos corporativos en la firma.
–¿Cómo
explica que gran parte de la sociedad argentina haya de algún modo
acompañado un proceso de privatización inédito en el mundo como fue el
de YPF?
–La explicación pasa por la carencia de densidad nacional, la falta de suficiente cohesión social en Argentina. Eso sucede por una serie de cuestiones. Una de ellas es la falta de liderazgos con una impronta nacional. Hubo una sucesión extensa de líderes con una visión de país periférico, vinculados a intereses transnacionales. En segundo lugar, en el siglo pasado tenemos el record mundial de debilidad institucional, y eso se paga.
Entonces se implantó el pensamiento alienado, el pensamiento neoliberal
en la dictadura. Fue a través del terrorismo de Estado. Y en los ’90, a
partir de un gobierno legítimo. Ese gobierno construyó el Estado
neoliberal más ambicioso del mundo. No hay otro país que haya avanzado
tanto, incluida la venta del petróleo. A la vez, existió una falta de
pensamiento crítico. En definitiva, la falta de densidad nacional impidió tener un Estado al servicio del desarrollo.
Eso explica que hayamos tomado cursos de acción tan negativos. En los
últimos años se ha ido produciendo una cierta recuperación. Han emergido
dirigencias con visión nacional, las instituciones mejoraron, existe
pensamiento crítico con visión nacional mucho más fuerte y visible, como
por ejemplo el Grupo Fénix. En definitiva, ha habido un fortalecimiento
de la densidad nacional.